Cambiar las contraseñas de seguridad periódicamente, actualizar los programas o comprar un antivirus con protección de Internet son clave para evitar cualquier susto.
Nunca los zombis estuvieron tan vivos, tecnológicamente hablando. España se ha convertido en el primer país a nivel europeo con mayor número de ordenadores infectados, el segundo a nivel mundial. Y lo que resulta más inquietante: sin saberlo, podemos ser cómplices de un ciberdelito. “El malware (sotware malicioso) se instala en nuestro equipo y pasa totalmente desapercibido”, asegura Israel Zapata, director técnico de Secura, empresa de seguridad informática. Tanto es así que el 48,4% de las pymes españolas están infectados “sin saberlo”. De hecho, un estudio revela que las pérdidas por robo de información a través de Internet ya superan a las que genera el robo físico. Evitarlo es sencillo. Basta seguir una serie de instrucciones para evitar sustos.
Para empezar por lo básico, Zapata recomienda “mantener el sistema operativo y los programas que usamos actualizados”. Es ese molesto aviso que nos da el ordenador con cierta frecuencia y que siempre posponemos para otro momento. Obviar el mensaje puede convertirse en la vía de entrada de un troyano. “Y no notamos nada”.
Disponer de un ordenador “saneado” es clave para evitar el spam (correo basura) o la usurpación de nuestros datos. Por eso no hay que racanear en la seguridad de nuestro ordenador. “Un antivirus con protección de Internet y antimalware cuesta entre 40 y 50 euros al año”. Apenas unos 4 euros al mes. “Cuando compramos un ordenador, éste incluye un antivirus pero suele ser de prueba, con una caducidad de tres meses. El problema es que, mientras que el resto de Europa se gasta el dinero en comprar uno, en España nos conformamos con la descarga de algún gratuito o crackeando (engañar al ordenador para que crea que el programa es original) el de un amigo. Escuchar en una misma frase las palabras antivirus y cracker no es nada bueno”, comenta Zapata.
Otra recomendación importante es no acceder a nuestra cuenta de correo o banco desde un locutorio público. Estos lugares son “un pozo de contraseñas y usuarios” que, igual que el usuario medio, el empresario suele ahorrar en los antivirus. Si no hay más remedio que hacerlo, cambiar las contraseñas una vez en casa.
A veces, estas precauciones no son suficientes a la hora de evitar el phising (un tipo de delito informático que consiste en adquirir información confidencial de forma fraudulenta). Pero existen fórmulas para evitar que alguien emplee nuestra cuenta de correo para, por ejemplo, enviar spam o acceder a información confidencial. Para crear una contraseña ‘segura’, Zapata recomienda emplear ocho caracteres e incluir un punto y varios números pueden ayudarnos.
Una vez controlado nuestro equipo debemos tomar ciertas medidas a la hora de navegar por el ciberespacio. El miedo a comprar por Internet está cayendo (la media española en compras por Internet se sitúa en el 17,4 por ciento de los internautas, frente al 31% de la media europea), pero eso no exime de cierta temeridad a la hora de teclear nuestro número de cuenta. “Si una página nos pide nuestros datos, estos deben estar cifrados, como ocurre en los cajeros de los bancos”. Así, cada vez que tecleemos cualquier clave deberá aparecer un asterisco. Además, debemos fijarnos si la página en la que nos encontramos hay un candado (si navegamos con el Explorer, éste aparece en la parte de arriba). Para nuestra tranquilidad, hoy en día cualquier navegador nos avisa de si el certificado digital es válido o no. Y aunque hay empresas que no usan este tipo de garantías, todas las serias cuentan con ello.
Otra pista es fijarnos en la barra de direcciones: debe mostrar el término https. “Esa ‘s’ significa ‘seguridad’, y es una garantía de que tus datos están cifrados y nadie puede interceptarlos”. Por si acaso, es recomendable navegar por páginas conocidas porque, tal y como reconoce Zapata, “lo peligroso no es el medio sino la gente”.
Además, si hemos protegido correctamente nuestro equipo, el antivirus nos indicará si una página es segura o no (aparecerá la marca de un ‘check’ en verde y añadirá ‘Sitio seguro’).
Desconfiar de cualquier petición proceda de donde proceda –un banco, la guardia civil, la policía…– a la hora de facilitar nuestros datos y, en caso de conectarnos a Internet a través de un dispositivo móvil, ser conscientes de que el sistema operativo Android tiene, hoy por hoy, más fallos de seguridad que otros pueden sernos de gran utilidad a la hora de comprar por la Red, enviar correos o realizar transferencias con mayor tranquilidad. Todo sea por espantar a los zombis, tengan el aspecto que tengan.