2016 ha comenzado de la misma manera que terminó 2015, con ataques sofisticados y con objetivos cada vez más vulnerables, como el medio millón de ciudadanos ucranianos que vieron cómo las centrales eléctricas de su país sufrían cortes de luz debido a la infección de sus sistemas a través de una serie de documentos de Microsoft Office que incluían macros maliciosas.
Este ataque causó mucho revuelo, especialmente por la situación geopolítica del país y por el posible origen ruso de los ataques. Sin embargo, según las investigaciones realizadas por ESET, estas afirmaciones no se pueden realizar de forma categórica. Independientemente del origen de esta amenaza, lo que ha quedado demostrado es el efecto que un ciberataque puede tener sobre la población si no se toman las debidas precauciones. “Las empresas que pertenecen al sector de las infraestructuras críticas harían bien en revisar sus políticas de ciberseguridad”, indica Josep Albors, director del laboratorio de ESET España.
Robo de información y ataques DDoS