En plenas fiestas navideñas miles de usuarios de Xbox y PlayStation se quedaron sin posibilidad de jugar. Un ataque DDoS hizo que ambas líneas cayeron, y aunque la plataforma de Microsoft logró recuperarse 24 horas después, los fans de la Play estuvieron dos días completos sin acceder al sistema, según explicaba el portal Kotaku.
Los autores del ataque se hacían llamar Lizard Squad, y a pesar de su reptiliana definición, la verdad es que la compañía no estaba preparada para hacer frente a una agresión de denegación de servicio distribuido, y la pregunta más importante que hay que hacerse es ¿por qué? ¿Qué es lo que hace que estos ataques lleguen a ser tan efectivos y cómo es posible prepararse para que no vuelva a ocurrir? Porque si en algo coinciden los analistas es que hoy, en plena fiebre obsesiva por la seguridad, detener estos ataques es cada vez más difícil.