Las agencias de espionaje estadounidense y británica, NSA y GCHQ, hackearon al mayor productor mundial de tarjetas SIM, Gemalto, para controlar voz y datos de los dispositivos móviles en todo el planeta.
Aunque pocas cosas puedan sorprendernos ya de las vergonzantes violaciones de la privacidad realizadas por las grandes agencias gubernamentales, la nueva bomba soltada por Edward Snowden es de las que hacen época.
Gemalto produce 2.000 millones de tarjetas SIM anuales y es el suministrador de decenas de operadoras de comunicaciones. La compañía ha asegurado no tener conocimiento alguno del caso según su vicepresidente ejecutivo:
“Lo más importante para mí, es entender exactamente la forma en la que esto sucedió, de manera que podamos tomar medidas para asegurar que no vuelva a pasar y también para asegurarnos que no haya impacto en los operadores de telecomunicaciones a los que hemos servido con confianza varios años.”