En agosto se produjo una de las mayores brechas de seguridad sufridas por una entidad bancaria, cuando JPMorgan reconoció el hackeo de su web, permitiendo que nombres, direcciones, emails, números de teléfono y otros datos de sus clientes, así como información interna de la empresa, fueran accesibles para los ciberdelincuentes. Pues bien, The New York Times, citando fuentes cercanas a la investigación, afirma que los hackers encontraron un servidor desprotegido por la autenticación de dos factores para perpetrar su ataque.
Los hackers tuvieron acceso a cerca de 100 servidores, entre junio y agosto, antes de que los equipos de seguridad cortaran el acceso de los atacantes. Los hackers estaban vinculados a bandas del crimen europeo rusas o del Este. Al parecer, el ataque dejó expuestos los datos pertenecientes a unos a 76 millones de hogares y siete millones de empresas, y además supuso un fuerte golpe para JPMorgan, que sufrió unas pérdidas estimadas en 250 millones de dólares.