Una vez que se filtra en el sistema, el ransomware es capaz de cifrar archivos, incluyendo documentos valiosos, vídeos y fotos. El proceso completo se ejecuta en un segundo plano dentro del ordenador y, por lo tanto, la víctima no se da cuenta del problema hasta que es demasiado tarde.
El troyano informa al usuario de que sus archivos han sido cifrados. Si la víctima desea recuperar sus archivos tendrá que pagar un rescate, el cual suele ser de cientos de dólares, normalmente pagado en bitcoins. Muchas víctimas de ransomware no tienen un gran conocimiento o una gran experiencia en tecnología, así que el inconveniente es doble ya que la mayoría tiene que buscar qué es un bitcoin y dónde se pueden conseguir.